lunes, 30 de marzo de 2020

LA ASUNCIÓN DE 37. Primera parte


¿Os acordais de la canción que decía así?





Pues algo parecido os vamos a contar en esta entrada. Porque sí que es cierto que, ahora más que nunca, vamos viviendo muy despacio. Sí que es cierto que os vamos a contar algo. Lo que no tenemos del todo claro es que sea  mentira. Es más bien paranormal, al estilo de nuestra terrorífica aventura "Paranormal adventures".


 ¡¡Se trata nada más y nada menos que de la Asunción!! 



¡¡NOOOOOOO!!
¡Que no es la Asunción de la Virgen María!
 Se trata de otro fenómeno más extraordinario si cabe. Se trata de

¡¡La Asunción de 37!! 



Para los profanos: Asunción hace  alusión a la ascensión a los cielos de la Virgen María cuando su tarea en la Tierra concluyó. Y sí, habeis leído bien. 37 ascendió a los cielos con sus ángeles y todo como si de la propia Virgen María se tratara y eso que 37 de virgen ya no le queda ni el recuerdo...

Os puede sonar a cuento "chino" (💣💣💣💥), ¿verdad? Bueno, pues ya os aclaramos que esto no tiene nada ni de cuento ni de "chino" (💣💣💣💥). Además, hoy en día estamos comprobando que la realidad puede superar con creces la ficción y más si su procedencia es de China (💣💣💣💣💥).

Así que, sin más dilación, ¡Vamos al lío!

LA PROPUESTA


En esta ocasión, Morris y 37 fueron los elegidos para reforzar aún más la gran reputación GoRparda. Ya se había conseguido "La internacionalización GoRparda" pero es que, ahora, estábamos a las puertas de convertinos en leyenda.
 
Morris muy contento de su aportación a la incipiente leyenda GoRparda

Como ya explicamos en nuestra entrada "¿Quienes son los GoRpardos?", uno de los requisitos fundamentales para la admisión en nuestro tan selecto club, es ser politoxicómano deportivo, es decir, practicar varios deportes y asiduamente. En esta ocasión el deporte elegido fue el buceo y nuestro destino, Cabo de Palos, en la provincia española de Murcia. 

La iniciativa de convocatoria partió de nuestra invitada especial llamada Ojazos. Y como una imagen vale más que mil palabras, a continuación aportamos prueba gráfica que explica, con creces, el porqué de su apodo:

 


Y para allá que nos fuimos los tres sin saber aún lo que el destino, tan caprichoso él, nos deparaba...

¡Preparados ya con toalla, bikini y gafas de sol, para irnos de cabeza al mar!

LA ASUNCIÓN DE 37


Ya embarcados con rumbo al Parque Natural de Cabo de Palos, 37 cayó perdidamente enamorada de un Guapo que se encontró en el barco y que formaba parte de nuestra expedición.


De izquierda a derecha: Nuestra fantástica instructora, el Guapo que se encontró 37, 37, Morris y Ojazos

La primera inmersión consistió en un recordatorio. Hacía mucho tiempo que no buceábamos y se hacía necesario rememorar las técnicas básicas de emergencia para poder salir airosos ante imprevistos producidos en un medio, el ancho mar, que no es ni por asomo el habitual del ser humano.

La instructora dándo instrucciones a nosotr@s y a Guapo

Una vez rememoradas dichas técnicas, la instructora nos separó en parejas y 37 quedó encantada con su mitad. Le tocó el Guapo. Morris y Ojazos fueron la otra pareja.

Comenzó la inmersión y con ella los fenómenos paranomarles...

Los primeros en tocar fondo fueron Guapo y 37. Detrás deberían estar aproximándose Morris y Ojazos. Sin embargo, algo estaba ocurriendo porque de estos últimos no había ni rastro.

Lo que estaba pasando era que Morris y la instructora se habían girado para comprobar que Ojazos estaba detrás y descubrieron con asombro...¡¡que no estaba!!

En ese momento, la instructora le dió a Morris directrices para que se reuniera con nosotros y esperarla allí.

Morris confirmando a la instructora que había entendido sus directrices

Antes de ir al encuentro de Ojazos, la instructora se acercó a nosotros rauda y veloz y nos dió instrucciones de esperarla quietecitos allí también y salió zumbando al encuentro de Ojazos. Y fue justo en este momento cuando todo comenzó a liarse GoRparda.

Resulta que 37 no pudó percartarse ni de la instructora, ni de sus directrices porque se había quedado embelasada observando, justo enfrente de ella, lo siguiente:


¡Su aleta estaba flotando cual pececillo en el agua! 

En ese momento, 37 entró en pánico. Sin su aleta quizás no sobreviviera en ese medio tan hostil (💣💣💣💥)!!

Su única obsesión era recuperarla. Así que salió a su encuentro y la pilló al vuelo.

Para poder acoplarla convenientemente a su escarpín, no tuvo más remedio que apoyarse en un señor calvo que encontró por ahí. Sin pedirle permiso ni nada y más que nada porque no podía expresarse oralmente con él, se apoyó en su hombro y consiguió ajustarse fuertemente su aleta. Tanto se la ajustó que le salió un moratón pero de lo que estaba segura es que no se le iba a escapar otra vez.

Mientras tanto y en otro lugar del mar, Ojazos se había quedado paralizada debatiéndose consigo misma. Intentaba controlar con todas sus fuerzas una inoportuna ansiedad que, de repente, así sin más, se habia instalado en su mente justo en el momento de comenzar su inmersión. O la controlaba o salía echando leches hacia arriba.

Ojazos debatiéndose consigo misma

Mientras todo esto acontecía, 37 consiguió calmar su incipiente pánico tras recuperar su aleta. Una vez calmada, observó a su alrededor y descubrió con asombro que estaba...¡¡SOLA EN LA INMENSIDAD DEL MAR!! Lo único que atisbaba a ver era lo siguiente:


Muy bonito pero no era esto lo que 37 queria ver


¿Dónde estaba Guapo?¿Donde estaban Morris y Ojazos? Y lo que era más importante, ¿Dónde narices estaba su instructora?

El señor calvo seguía a su lado pero no sabía quien era. (No se ha podido recoger testimonio gráfico del señor calvo que acompañaba a 37 pero estar, estaba allí, a su lado).

En su cabeza comenzó a retumbar el dichoso fragmento de las bandas sonoras cuando llega el momento de más tensión de las películas. Una música similar a la siguiente:



Mientras que la angustía y soledad se apoderaban de la mente de 37, la instructora consiguió alcanzar a Ojazos. Con una sutileza estupenda y eficaz consiguió en un pispás calmarla y ambas reanudaron  tranquilamente la inmersión.

De repente, los ojos de Ojazos aumentaron su tamaño al doble de lo habitual tal como recoge la siguiente imagen:




¿Qué era lo que observaba con asombro y estupor nuestra invitada especial?¿un tesoro o un pecio?¿una ballena? o, algo más temido, quizás, ¿un tiburón?

Todas estás dudas serán aclaradas en la siguiente entrada GoRparda llamada "Asunción de 37. Segunda parte".


To be continued....

Y para que se os haga más amena la espera, os dejamos con un buzo que no necesita ni bombona, ni aletas, ni casi nada ...






















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